Entrada en escena

Mi obra pictórica parte de la fascinación por lo que me rodea, por lo cotidiano, pero transformado subjetivamente a mi modo de hacer. Una figuración de escenarios generalmente abiertos, de exteriores: diurnos y nocturnos, de composiciones silenciosas  o de una calma aparente. La capacidad evocadora (mi pretensión) de la imagen hace de catalizador de la imaginación del espectador, haciendo que éste, pueda abrir o cerrar la historia a su medida, desde su propia sensibilidad y experiencia. Una carga simbólica, de difícil lectura, y un carácter narrativo y abierto del contenido. En anteriores exposiciones, la iconografía empleada era más extensa: figuras de animales: perros, gatos, rinocerontes; otros inanimados, pero insuflados de vida como: el corretón taurino o la rana de juego de la rana. Objetos estos, que forman parte de la memoria colectiva. También los pertenecientes al mundo del circo y la farándula, sin olvidar mi inquietud por los seres de origen desconocido: de carácter mitológico, extraterrestre o antropomórfico. En esta nueva exposición titulada: entrada en escena, he reducido  el número de elementos: el ser humano, y a veces, algún animalillo, como únicos protagonistas de la escena. Escenas de ciudad, de espacios fabriles y lugares en desuso,…abandonados. Este binomio: figura-fondo, a modo de collage sin sutura, crean  la historia, de una atmósfera de irrealidad, inquietante, como salido de un sueño, de las emociones y el subconsciente.